Características de la industria extractiva colombiana
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Características
de la industria extractiva colombiana
COLUMNA
MARZO 12 DE 2019
PERFIL
SCAR JAIME RESTREPO BAENA
Profesor del Departamento de Materiales y Minerales
de la Escuela de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (UN) Sede
Medellín. Ingeniero de Minas y Metalurgia de la UN; magíster en Evaluación de
Impacto Ambiental y Ph. D. en Metalurgia y Materiales de la Universidad de
Oviedo (España). Realizó una estancia posdoctoral en el Laboratorio de I+D de
la empresa Nubiola, en Barcelona (España), donde también se desempeñó como
director de Investigación y Desarrollo. Es miembro del Instituto de Minerales (Cimex).
Características de la industria extractiva
colombiana
La economía colombiana está entre las
cinco más importantes de Latinoamérica. Este posicionamiento se debe, entre
otros aspectos, al crecimiento en la última década del sector extractivo
nacional. Los principales productos de esta industria se centran en la
producción de hidrocarburos (petróleo y gas), carbón (térmico y metalúrgico),
metales preciosos (oro, plata y platino), ferroníquel, hierro, esmeraldas y
materiales de construcción (calizas, arcillas, arenas). Aunque la manera como
evoluciona cada uno de estos recursos es diferente, normalmente obedece a
factores del contexto internacional, y en algunos casos a causas internas.
La industria extractiva colombiana se
puede considerar desde varios frentes, pero en general abarca dos grandes
sectores: los hidrocarburos (petróleo y gas) y la minería. El primero se
caracteriza por presentar técnicas, tamaños y productores más homogéneos,
mientras que el segundo es mucho más diverso tanto en productos como en
técnicas, procesos productivos (subterráneo, cielo abierto, aluvión,
disolución) y tamaños de las operaciones (subsistencia, pequeña, mediana y gran
minería).
En Colombia el sector de los
hidrocarburos ha crecido por la sustitución del carbón por otros energéticos,
como el gas de esquisto (shale gas) y otros
productos y técnicas no convencionales de extracción (fracking) con las cuales se plantean nuevas
perspectivas en cuanto a su producción y uso, aunque no estén exentos de
polémica y crítica. A pesar de que los pronunciamientos de las comunidades en
las cuales se desarrolla o se pretende desarrollar esta actividad así lo
confirman, su evolución positiva continúa.
Por su parte la minería provee
productos esenciales para la vida diaria, aunque, por tratarse de la extracción
de recursos naturales no renovables, puede afectar otros factores causando
impactos significativos en el entorno físico y en las comunidades locales. Su
magnitud crece en la medida en que se incrementa la producción, lo cual tiene
que ver con los desechos generados y la emisión de gases, además de que los
efectos negativos pueden generar la pérdida de especies de fauna y flora y de
disponibilidad de agua.
El reto actual de la minería es hacer
que esta actividad les entregue beneficios a las comunidades locales y
regionales, incluso después de agotados los recursos minerales, para lo cual es
necesario investigar sobre el desarrollo local sostenible de comunidades mineras;
aquí la innovación entra a jugar un papel primordial para enfrentar los retos
que se presentan por la rápida generación de rentas, la habitabilidad de las
comunidades y la gestión de los recursos naturales.
En el desarrollo de las actividades
de la industria extractiva del país, estas deben cumplir con la normatividad
ambiental vigente, en la que se constituyen las responsabilidades y
obligaciones de los concesionarios frente a los permisos y el licenciamiento
ambiental de los proyectos extractivos. Institucionalmente el ente responsable
de dichas licencias es el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible,
entidad que ejerce esta labor mediante la Autoridad Nacional de Licencias
Ambientales (ANLA) y las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR). Además la
ley prevé que para actividades no licenciadas en el uso de recursos naturales
no renovables se debe obtener el respectivo permiso, autorización o concesión
ambiental, de la autoridad ambiental competente.
Hoy la industria extractiva (minería
e hidrocarburos) no goza de la mejor reputación, pues la percepción pública se
mantiene negativa a pesar de la proliferación de iniciativas de minería
sostenible desde hace algunos años. En algunos sectores se plantea la
inviabilidad de una minería sostenible y muchas organizaciones argumentan que
la minería es una actividad inherentemente insostenible. Otros actores
sostienen que la minería puede ser un motor de crecimiento y reducción de la
pobreza, si sus actividades compensan los daños generando capital útil y duradero
con beneficio directo a las comunidades. El reto consiste precisamente en hacer
de esto una realidad, lo cual compromete a muchos estamentos de la sociedad de
manera proactiva.
Algunos comentarios sobre la producción
minera en Colombia
Aunque en Colombia la canasta minera
se compone de más de 30 productos, de los más significativos se pueden
mencionar algunas particularidades:
Carbón
Es el mayor producto minero de
exportación (11,9 % de las exportaciones colombianas, 72,8 millones de
toneladas en 2015). Las mayores explotaciones de carbón térmico se realizan a
cielo abierto y se encuentran en el norte del país (La Guajira y Cesar). El
carbón metalúrgico se produce en las cuencas de Boyacá y Cundinamarca, donde
también se explota carbón térmico.
Ferroníquel
Colombia produce cerca del 1,7 %
de la producción mundial, en Montelíbano, Córdoba, con producciones promedio
anual de 45.000 toneladas entre 2010 y 2015 (1,20 % del país y 6,72 %
de las exportaciones mineras).
Metales preciosos
En 2015 Colombia produjo cerca de 59
toneladas de metales preciosos (oro, plata y platino). La producción nacional
de oro se concentra principalmente en Antioquia, Chocó, Nariño, Cauca y
Bolívar, con un alto componente de informalidad e ilegalidad (solo 12 % de
la producción precede de empresas reconocidas).
Materiales de construcción
Los materiales de construcción
presentan un crecimiento en cuanto a su extracción, específicamente la caliza
para la producción de cemento y cal, debido a la dinámica que ha tenido el
sector de la construcción en la última década. Dichos materiales son fuente de
ingresos para una parte importante de la población a lo largo de todo el
territorio.
En resumen, el panorama que se
presenta permite vislumbrar un sector altamente dinámico y con perspectivas
importantes para el país, que además aporta de manera clave a la economía
nacional, por lo tanto, no se puede desconocer la necesidad de integrarlo más
directamente al conocimiento de la población y crear conciencia de la necesidad
de una interacción adecuada y proactiva entre todos los actores que forman
parte de este: Estado, comunidades, productores y consumidores.
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