Entrevista Unimedios - Universidad Nacional de Colombia
Tener muchos frentes abiertos, el principio de funcionamiento del profe Oscar Jaime Restrepo Baena
En la oficina del profesor Oscar Jaime Restrepo Baena hay muchas cosas distribuidas en lo que podría calificarse como un desorden armonioso: libros, bolsas, papeles, estanterías, reconocimientos, muestras de minerales, un tablero y, entre muchos otros elementos que hablan de él, un mapa del mundo de más o menos media pared en el que relucen, pequeños pero vistosos, stickers de estrellitas que marcan los lugares que ha visitado o donde ha vivido.
De personalidad dispersa pero enfocada, Oscar Jaime siempre supo que quería ser ingeniero de la Universidad Nacional de Colombia y hacia ese objetivo se encaminó. Terminando enero de 1985, después de graduarse como bachiller del Liceo Nacional Marco Fidel Suárez, empezó a estudiar en la Sede Medellín Ingeniería de Minas y Metalurgia, doce años después, se vinculó como profesor.
En la Universidad, dice el profesor que de estudiante conserva el hambre de conocimiento y el deseo por hacer cosas, “encontré un espacio donde me sentía bien y cómodo, un ambiente de motivación impresionante; acá encontré mentores como Jorge Alberto Naranjo, Luis Emilio Sánchez y Javier Ospina, entre otros que me generaron una inquietud más allá del estudio, sobre todo desde el quehacer científico”.
Esa inquietud y la relación con sus maestros lo aproximaron al mundo científico y descubrió que la academia iba más allá de las aulas de clase, esa, de hecho, es una de las máximas que lo mueve. A propósito, recuerda una de las frases que le escuchó repetir incontables veces a su profesor y más tarde a su colega Jorge Alberto Naranjo sobre la docencia.
“’Uno como profesor está parado en la puerta viendo pasar’, eso decía Jorge Alberto. Yo a esa frase le añadí que estoy parado en la puerta con una cerilla encendida esperando para encender las mechas de quienes así lo deseen”, como le sucedió a él. Esa llama que otros le avivaron lo llevó a España donde hizo Maestría en Evaluación de Impactos Ambientales, un Doctorado en Materiales y una estancia posdoctoral que le permitió investigar sobre pigmentos inorgánicos.
Desde 1997, cuando se vinculó como profesor a la UNAL gracias a la convocatoria Generación 125, Oscar Jaime se ha dedicado a la formación de jóvenes en los niveles de pregrado y posgrado desde las aulas y, sobre todo, desde la investigación. Ayudó a crear la Maestría en Ingeniería - Materiales y Procesos, el Doctorado en Ingeniería - Ciencia y Tecnología de Materiales y el Semillero Interuniversitario de Investigación en Materiales que rápidamente derivó en el surgimiento del Capítulo Estudiantil (UNAL Medellín) de la Society of Mining and Exploration (SME).
Al profesor el gusto por investigar, por estudiar y por formar, además de su personalidad activa, lo han llevado a moverse por el mundo con la investigación como estandarte y con la idea de que “el mundo de la ciencia no debería tener fronteras y cuando las hay, nosotros tenemos que romperlas; es decir, hay que abrir camino en lugar de poner más muros. Eso me permitió conversar, escuchar voces distintas y hacerme escuchar también”.
Gracias a eso y a que nunca se queda quieto, estrechó relaciones con colegas en países como Perú, Chile, México, España y Estados Unidos, hacia donde manda a muchos de sus pupilos, los que se dejan encender la mecha, a continuar su formación, y de donde también recibe estudiantes que quieren hacer estancias en la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.
Para el profesor Oscar Jaime el crecimiento y el bienestar de su entorno es también el suyo, por eso procura que todo lo que hace esté en función de esa premisa. En ese orden, algo que les enseña del mismo modo a sus estudiantes que a sus dos hijos es que sin disciplina no hay buenos resultados.
“Uno tiene ideas, decisiones, creencias, en fin, cosas por las cuales lucha; pero el secreto es precisamente ese: hay que luchar por ellas en vez de ponerse obstáculos. Yo siempre les digo a los muchachos: identifiquen para dónde van, después miramos cómo llegar”, comenta, y resalta que el mundo universitario tiene tal amplitud de alternativas que hacen posible cualquier camino que un estudiante se trace.
Entre sus frentes abiertos, la vida universitaria es el segundo más importante y en él se mueven muchas de sus prioridades; no obstante, el primero en su escala es, sin lugar a dudas, su familia: “yo antes que profesor soy esposo, papá, tengo hermanos, padres también y amigos. Mi vida familiar y laboral no riñen, por el contrario, las dos son parte de mí”, enfatiza.
El deporte, la música y las actividades creativas le ayudan a mantener su vida en equilibrio. Es tercer dan de taekwondo, monta bicicleta, ya no tanto como en la juventud, pero de vez en cuando, hace caminatas con su esposa y, en general mantiene un buen estado físico. Lee mucho: desde literatura y artículos científicos hasta los trabajos de grado de sus estudiantes de pregrado y posgrado.
Es un estudioso de la música y aunque su sonido es el rock sabe y conoce de todo. De hecho, cuando cumplió 40 años su manera de celebrarlos fue haciendo una recopilación de canciones, imágenes y sucesos asociados a su vida en relación con su entorno próximo y con el mundo; con ello creó un archivo que conserva parte de su memoria.
“Y cuando llegué a los 50 me dije: ‘yo tengo muchos amigos que saben muchas cosas y de los cuales yo he aprendido. Hay que hacer algo con eso’”, cuenta. Así nació Saberes compartidos, un ciclo de conferencias que se hicieron cada dos semanas en 2018 y continúan en 2019 pero cada mes.
“Tecnologías 4g, el sistema pensional colombiano, la historia de los apellidos en Colombia y muchos temas más porque, precisamente lo que descubrimos con ese ejercicio tan bonito es que todo es susceptible de contarse, todos sabemos muchas cosas y por qué no valorar y ser cariñosos con ese conocimiento”, dice sobre Saberes compartidos.
Oscar Jaime siempre lleva consigo una mochila en la que, igual que en su oficina, hay muchas cosas que lo identifican: un libro o algo para leer, su agenda, un papel o algo donde anotar, lapiceros y otros elementos que hablan del hombre disciplinando, enfocado y atento a lo que lo rodea que ha dedicado más de 20 años a la Universidad que le ha permitido ser quien es.
(FIN/CST)
9 de agosto del 2019
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